Científicos del Instituto de Tecnología de Rochester han producido biodiesel a partir de algas cultivadas en aguas residuales, que logran reducir las bacterias y toxinas y ofrecen un doble beneficio: la producción económica y rápida de energía renovable a partir de biomasa no consumible, y la limpieza de dichas aguas.
En México, mientras tanto, científicos están descubriendo los beneficios de producir bioenergía a partir de agave, una planta resistente empleada generalmente para producir licor, y que prospera en condiciones climáticas extremas—muy secas y calientes.
Ambos descubrimientos serán muy útiles para reducir el uso de combustibles fósiles y de paso, las emisiones de carbono.
En noticias relacionadas, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) está alentando a los agricultores a implementar sistemas agrícolas que combinen cultivos alimenticios y energéticos como una manera de aumentar la producción en zonas afectadas por el cambio climático.
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